Concejales de la oposición que cuestionaron el gasto en la remodelación de las plazas tildando de innecesarios por la situación que padecen los barrios, aunque ahora algunos de ellos ponen el foco en las vías de los tranvías de las cuales su remoción implicaría un gasto millonario.
Una vieja inquietud platense se trató ayer en el Concejo Deliberante de La Plata cuando el concejal del radicalismo, Gustavo Stafolani pidió el retiro o cubrimientos de las vías que pertenecían al paso del Tranvía en la zona de Plaza Azcuénaga.
Sucede que en la Plaza de 19 y 44, donde también confluyen dos importantes diagonales de la ciudad, existe un sector por donde aún queda la huella del paso del tranvía por lo que el joven edil, no muy propenso a presentar proyectos, pidió que sea removida.
Durante años los platenses se hicieron esta pregunta sobre los motivos por los cuales las vías del tranvía sean removidas o tapadas debido a que son bastantes peligrosas en la circulación en bicicleta o en moto.
De acuerdo a la información brindada por fuentes confiables, esta situación no fue abordada en su momento por el costo que implicaba sacar las vías y hasta que especuló, con el paso del tiempo, que pasen a ser patrimonio cultural, aun se estima que correrá la misma razón que el adoquinado platense que solamente aguantó hasta que un representante de los que se hacía pasar por defensores, decrete, en este caso Julio Alak, que sea tapado.
Sobre las vías del tranvía, el último rodaje data del año 1966, se especuló en algún momento crear un servicio público local que utilice las vías ya instaladas, aunque esa propuesta no prosperó.
El edil Stafolani, del Bloque UCR + PRO, argumentó que su pedido se fundamentó en los “innumerables reclamos vecinales y reportes de incidentes menores relacionados con estos rieles, principalmente por desnivele en la calzada, deslizamientos y obstáculos inesperados”.
Por último, justificó la remoción al señalar que “no existe señalización especifica ni medidas de prevención que adviertan sobre su presencia y se permanencia sin función real configura una situación de abandono urbano que contradice el deber del Estado Municipal”.