El Mus: El apasionante juego de cartas ya se practica muy poco en la región

Un popular juego de naipes que antes llenaban las salas de los clubes y bares está a punto a desaparecer porque en la región muy pocos los practican. Se trata del Mus que se juegan en muy poco lugares. Algunos afirman que es más apasionante que el mismísimo truco.  

   El mus es juego de naipes muy jugado en España, como así también en varios países de Hispanoamérica, como Uruguay, Argentina, Chile, Colombia o México, y en algunas regiones del sur de Francia.

   Tiene más de 200 años años de historia y cuyo origen mayormente es aceptado que estaría en el País Vasco, ​ aunque también hay versiones que discuten ese origen. Se utiliza la baraja española y normalmente lo juegan cuatro o seis personas agrupadas en parejas o trios. Las reglas pueden variar mucho dependiendo de las costumbres locales del lugar donde se juegue, pero cada mano siempre consistirá de las siguientes jugadas llamadas "lances": grande, chica, pares y juego.

   Este juego de naipes muy característicos en clubes y bares de la región se fue perdiendo con el paso del tiempo quedando relegado por otras actividades o simplemente se fueron apagando con el correr de los días.

    En la región aún quedan en pie algunos lugares en donde se puede observar esta práctica que cada vez tiene menos seguidores, pero se niega a perecer. Uno de ellos es el Club Provincia de 15 entre 75 y 76 en Altos de San Lorenzo en donde de lunes a viernes de 18 a 21, se entremezclan las barajas. Muy cerca de allí, en 30 entre 74 y 75, en el Club Chacarita Platense, suelen reunirse para jugar a la baraja.

    En Villa Elvira, el juego se resume a los encuentros que se desarrollan en el Complejo Tejo “Fausto López” de 72 entre 3 y 4, durante la semana o los sábados, cuando se cuadra que los participantes tengan ganas de sentarse a jugar a este divertido juego de cartas.

    Por último, el Club Circunvalación, en el buffet de la institución con entrada por 8 entre 77 y 78, los martes y los jueves, recompuso los encuentros “museros” que se habían perdido durante y tras la pandemia.

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