Vinos Galán: Parte de la historia reciente de los platenses

Antigua camioneta de vinos Galan
Antigua camioneta de vinos Galan

   Una foto puede disparar miles de historias. Son viejas historias que se entremezclan con el recuerdo de viejos años y te llevan, inexorablemente, a un paseo por tu propio pasado. Quién pudiera pensar que una vieja camioneta Dodge con el logo de una empresa podría tocar la fibra y el sentimiento de tantas personas.

   En este caso, una Dodge de la serie D – 100 o 200, cerrada, que si no venía con los envases de damajuana en las jaulas de arriba era lo más parecido a un coche fúnebre pintado de verde, iba a arrancar en tantas personas el recuerdo de la empresa de reparto de bebidas “Galán”.

   Esta empresa fue fundada por un español, Antonio González, proveniente de Pontevedra que comenzó con un reparto de vinos tirado por un carro y pronto logró establecerse con repartos en casi todo el país.

   Hoy funciona con viñedos propios de diferentes zonas de producción en Mendoza e incluye otras bodegas con diferentes variedades de Cabernet Sauvignon, Bonarda, Pedro Ximenez, Ugni Blanc, Chenin, Tocai y Torrontés, Malbec, Cabernet Franc, Syrah, Merlot, Petit Verdot, Tannat, Chardonnay, Chenin, Riesling y Viogner.

   Desde el Cuyo para todo el país con sucursales como en La Plata, 45 entre 22 y 23, Azul, Campana, Junín, Las Flores, Mar del Plata, San Antonio de Areco, San Nicolas; como así también en Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Tucumán, llegando a cada rincón y mesas de la Argentina.

   El recuerdo de la damajuana en la puertas de las viviendas, con el dinero en la parte de abajo, para que el repartidor haga la reposición era la pintura de cientos de casas que en umbral del zaguán esperaban la vieja camioneta.

   El olor de un tinto abocado llenando algún que otro pingüino ha sido un néctar inconfundible en los ambientes del hogar, trayendo el recuerdo de abuelos, padres o tíos que solían ser clientes de Vinos Galán.  

   Atento que no solamente los vinos propios formaban parte del equipaje, sino que muchas marcas son recordadas por vecinos de La Plata entre los que se encontraban los Parrales de Chilecito, Monje Cautivo, Facundo, Zumuva dulce y natural, o aquel vino blanco dulce que traía la etiqueta celeste que tomaban las abuelas.

   No solamente las Dodge verdes eran parte del paisaje, luego aparecieron las Ford 350 y más acá en el tiempo las Traffic. Ahora existen modernas camionetas con el logo de la empresa aún vigente. Lo que cambiaron fueron las costumbres, pero la empresa sigue operando.

   Vaya uno a saber si el distribuidor platense cargó Langré o los jugos SUIN, no están en los apuntes si esos productos alcanzaron a subirse en el reparto de Galán: pero el recuerdo de las damajuanas de jugo 5 Comentario eran furor en los años 80. En el rubro de estas bebidas, al menos en La Plata, las pelotitas de jugos Pindapoy eran una consumición preferida entre los más pibes porque, una vez terminada, se las llenaban de papelitos y se convertían en pelotas para el patio de la escuela.

    El repartidor, un amigo de la casa. Más familiar que el cartero o el sodero. Era el encargado de hablar con el dueño para ofrecerle diferentes productos, aconsejar de mejores vinos, meter promociones de otros productos, y hasta se ligaba una invitación a comer para hacer cata de sus propios vinos.

    No sé si en algún momento Antonio, su grupo de colaboradores o fue simplemente la rentabilidad de las viejas camionetas del tipo “fúnebres” que hicieron que la marca se relacione directamente con el vehículo de venta, pero de lo que estoy totalmente seguro que nadie recordaría a vinos “Galán” sin esos viejos vehículos que fueron parte de la historia de la ciudad de La Plata.

Vinos Galán: Su Historia

   En el año 1942, proveniente de la aldea Lamela en la región de Pontevedra (España), llegó a Buenos Aires un joven Antonio González con poco más que su espíritu emprendedor y la voluntad de forjarse un futuro en la nueva tierra.

   Ya instalado en Argentina, pronto se encontró con que su reparto de vinos con carro y caballos había crecido lo suficiente como para contener a familiares y amigos provenientes de España, a los cuales podía brindarles trabajo y alojamiento. De esa manera nació Vinos Galán, como empresa fraccionadora y repartidora de vinos en Buenos Aires.

   Gracias a su espíritu emprendedor, en 1972 convirtió el primer campo adquirido en San Martín (Mendoza) en una Finca Vitivinícola con la implantación de variedades finas. Las uvas producidas en esa finca se comenzaron a vinificar en la Bodega que se inauguró en el año 1977 en Alto Verde, localidad de esa misma provincia.

   En los años siguientes continuó transformando nuevos campos adquiridos en fincas de producción, y luego su visión innovadora lo orientó hacia la zona de Lujan de Cuyo, en búsqueda de nuevos terruños. En Ugarteche consiguió esas tierras que le proporcionaría la diversidad que buscaba.

   En la actualidad, Bodega Galan recibe las uvas provenientes de fincas propias y también de pequeños productores que suman sus esfuerzos para producir vinos genuinos y representativos de las diferentes zonas, honrando el legado de Don Antonio y respetando sus valores de esfuerzo, trabajo honesto y visión de futuro.

    Nuestra empresa familiar actualmente está conducida por la segunda generación, con el aporte de experiencia de integrantes de primera generación y la energía renovadora que llega de parte de la tercera generación.

   Todos trabajamos en equipo respetando los valores que definieron nuestros mayores, en armonía con el medio ambiente, tratando de ser útiles a la sociedad y orientando nuestros esfuerzos a la innovación permanente.

   Nuestro compromiso es con la calidad y la satisfacción de nuestros consumidores, teniendo siempre en cuenta de dónde venimos y el horizonte que vislumbramos para el futuro. Estamos en movimiento.

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