Vecinos contra vecinos de aquellos que se fastidian cuando deben juntar sus desperdicios que fueron esparcidos en su vereda por una persona que les revolvió la basura y otros que justifican la actividad en medio vulnerabilidad de personas que buscan para comer.
En este contexto de la crisis económica que sufren muchas familias, existen infinidad de personas que revuelven las bolsas de basura habitual en la previa del paso de camión dejando bolsas rotas y que la empresa no lleva. Hasta el momento no existen soluciones concretas ante este situación que se va agravando con el paso del tiempo.
Tras la búsqueda de recursos ya sean de objetos de valor, material para la venta o algún alimento, son muchas las personas que, por lo general de noche, para evitar la vista de otras personas, salen a abrir bolsas de la basura.
La intención de lograr alimentos para sobrevivir provoca que aquellos frentistas que sacaron sus desperdicios se encuentren con las bolsas rotas y con olores producto de la descomposición de los residuos que la empresa no retiró por no estar en el canasto o la bolsa rota.
Esta situación enfrenta a personas que sufren a diario con los “rompebolsas” y aquellos que justifican la acción al advertir “hay mucha gente con hambre”. Este problema que se va multiplicando en la misma medida que avanza la desocupación, la inflación y la recesión laboral, ya pone vecino contra vecinos en torno a su postura.
Están aquellos como Marcia que apuntó “bueno la gente se está cagando de hambre, esa es la realidad, entiendo que rompe las bolsas para ver si encuentra algo de comer, no es maldad, todos se quejan”.
En ese sentido, existe otro grupo de damnificados que la situación los atañe varios días de la semana y que quieren evitar pasar por esta situación alegando que “no es un problema estético, esto trae aparejado que tenés mugre constantemente en la puerta de tu casa, los perros te pasean los pañales con mierda por todos lados, mal olor, moscas, se hace difícil el día a día” como lo expresó marcos.
En respuesta, están aquellos como Luna que opinaron que “no sé por qué no sale la gente a la vereda y les da algo para comer, estamos en cualquiera como sociedad, como humanidad si vemos las cosas así. Puede ser molesto, puede causar fastidio tener que volver a limpiar la vereda, pero ese sentimiento no debería estar por encima de sentir algo más humano y comprensible por la persona que busca de la basura”.
De acuerdo a las afirmaciones de damnificados y denunciantes, esta situación se da a lo largo y ancho de la ciudad y en una diversidad amplia de barrios, ya se de aquellos más opulentos como otros lugares donde la vulnerabilidad social es evidente.