Mantienen vivo el recuerdo del Padre Carlos Cajade

   Conmovedora carta de una seguidora de la Obra del Padre Carlos Cajade, quiso recordarlo con una carta que luego plasmó en redes sociales. Este mítico cura que se desarrolló en Villa Elvira fundando un enorme trabajo que permitió asistir, cobijar y criar a infinidad de niños y niñas sin recursos ni sostén de sus familias.

   Carlos Cajade ha sido un norte de bondad y esperanza para NVE que siempre ha valorado la obra de nuestro, porque es Villa Elvira pura, padre Carlos Cajade siempre en el recuerdo.

    En este caso fue Lidia quién recordó a “carlitos” con una hermosa y conmovedora carta:

“Querido Cajade:

   Anoche soñé con vos. Después de 19 años, apareciste en mi noche como tantas veces apareciste en mi vida: trayendo sentido, cobijo, ternura. En el sueño te defendía de personas que querían hacerte daño. Y creo que eso también soy hoy: una defensora de tu legado, de lo que sembraste en mí, en tantos.

   Gracias. Gracias por enseñarme a mirar la niñez con amor, con compromiso, con verdad. Gracias por mostrarme que trabajar con pibes y pibas es algo sagrado, que no cualquiera puede hacerlo, y que cuando uno lo hace con el corazón, se convierte en algo que llena el alma.

   Hoy entiendo que nada fue casualidad. Que Dios me hizo fuerte desde que nací porque sabía que este camino me iba a necesitar entera, con cicatrices y todo. Vos lo viste antes que yo. En aquella cena en la que dijiste que querías que sigamos tu obra cuando vos no estés… hoy siento que lo estoy haciendo. A mi manera, con mis luces y sombras, pero con el alma puesta.

   Después de que te fuiste, estuvimos 10 años en silencio. Un silencio que pesaba, que dolía. No sabíamos por qué… ¿qué había pasado? Si eran solo marchitas, si te ibas a operar y volvías. Pero tal vez nos habíamos quedado con esa esperanza que vos nos transmitías. Porque el día que te ayudé a cargar la camioneta, cuando te ibas a operar, lo hice con la ilusión de que volvías. Y la salud, la vida, no te lo permitieron. Esa esperanza se quedó estacionada ahí, en esa camioneta, sin despedidas claras. Nos dolió. Nos marcó. Pero también nos empujó a seguir.

   Y así fue que, hace 13 años, tus pibes se despertaron. Esa luz que parecía apagada volvió a encenderse. Esa bandera que se había vuelto pesada para pocos, volvió a levantarse. Y entendimos que nosotros éramos los que teníamos que marcar el camino. Que nosotros teníamos que sembrar las semillas que dejaste, para que siga creciendo este hermoso árbol de la vida.

Nosotros somos LOS PIBES DE CAJADE.

Y seguimos sembrando lo que nos dejaste, con amor, con fuerza y con memoria.

Gracias por guiarnos desde donde estés. Siempre.

Con amor eterno, tu Lidia chiquita o papafrita”.

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