13 años para un segundo implicado en la muerte de Nicolás Pérez Gatti

 

En el expediente se reconstruyó cómo operaba la banda que sembró terror en Barrio Jardín. Detalles asombrosos plasmados en la resolución.

 

A más de seis años del homicidio que conmocionó a la ciudad, la Justicia penal de La Plata condenó a 13 años y seis meses de prisión a Miguel Alejandro Del Rosal, el adulto implicado en el crimen de Nicolás Pérez Gatti, el joven repartidor de 19 años asesinado la noche del 5 de octubre de 2019 en Barrio Jardín.

La sentencia, dictada en juicio abreviado por la jueza Analía Carrillo, del Tribunal Oral Criminal II, terminó de cerrar el capítulo penal de un expediente enorme, complejo y atravesado por testimonios, pericias, contradicciones y confesiones informales que, desde el primer momento, dibujaron el itinerario de una banda juvenil que operaba armada, en moto y en tándem entre La Plata y Berisso.

El fallo notificado formalmente el 5 de diciembre de 2025 se suma al veredicto del Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 2, que en 2022 condenó al menor involucrado a 12 años de prisión efectiva por el mismo delito. Con ambas sentencias, el sistema judicial bonaerense terminó de determinar lo que la familia reclamó desde el primer día: que la muerte de Nicolás fue producto de un homicidio en ocasión de robo, ejecutado con un arma calibre 9 mm y con participación de dos agresores.

Una noche de La Plata que cambió un barrio

A las 22.10 del sábado 5 de octubre de 2019, Nicolás Pérez Gatti había terminado de entregar una pizza y cobrar $620 en la casa de una familia ubicada en 81 entre 116 y 117. Trabajaba desde hacía apenas dos meses en la pizzería La Italiana, de 80 entre 118 y 118 bis, y estaba a punto de regresar al local. No llegó.

Según reconstruyó la Justicia, dos jóvenes —uno de ellos menor— se desplazaban en una moto de baja cilindrada con fines de robo. Se acercaron a la moto del repartidor, lo interceptaron y en segundos se produjo un forcejeo en el que Del Rosal, armado, apoyó la pistola en la zona del cuello de la víctima. En ese instante, según contó un testigo de identidad reservada, pasó un auto, el agresor se puso nervioso y se "le escapó" un tiro.

El proyectil ingresó por el lateral del cuello y salió por el parietal derecho, produciendo destrucción de masa encefálica y lesiones que el perito calificó como “incompatibles con la vida”. Nicolás fue trasladado de urgencia al Hospital San Martín, donde murió a las 5.15 del día siguiente. Fuente 0221 Diario

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