Una vecina comentó, días atrás, sobre la erradicación del puesto verde donde se clasificaba la basura de residuos los inorgánicos (plástico, papel, vidrio, metal) para la utilización en reciclaje en la Plaza Matheu. Muchos vecinos de los barrios del Policlínico y del Mondongo se llegaban hasta allí a dejar sus bolsas.
Al igual de lo ocurrido en la rotonda de 7 y 90 donde funcionaba un puesto verde removido meses atrás, la Municipalidad de La Plata decidió sacar el que estaba ubicado en Plaza Matheu de 1 y 66.
Muchos vecinos que encontraban una opción para el reciclado de basura en estos puestos verdes, divididos por colores para la clasificación de la basura, se quejaron de la medida y apuntaron que “eran muy útiles”.
Al mismo tiempo, reclamaron en ese sector de la ciudad sobre el paso del camión del reciclado que no estaría cumpliendo las pasadas establecidas en el acuerdo entre el Municipio y la Empresa.
Es más, esta situación que se repite a lo largo y a la ancho de la ciudad de La Plata debería ser un tema de incumbencia de la Ombudsman platense, Luciana Bártoli, que se encuentra muy cómoda en su sillón adquirido en el dominio donde funciona la Defensoría Ciudadana y que correspondió a un acuerdo político entre la actual fuerza gobernante y el radicalismo platense.
Estos puestos verdes estaban ubicados en diferentes puntos estratégicos de la ciudad y permitían que los vecinos clasificaron las residuos como plásticos, maderas, cartón y otros elementos reutilizables.
La Plata llegó a tener más de 50 puestos verdes distribuidos en 23 delegaciones comunales y puntos estratégicos de la ciudad y estaban acompañados por campañas de concientización sobre la importancia del reciclado.
Este tipo de acciones favorecían a evitar que la basura se acumule en las calles y que terminara tapando sumideros y desagües. La participación de la población se magnificaba en sitios donde podían canjear los desperdicios por plantas.